Hablemos de cuidado
En las distintas formas de familia, hogares, organizaciones e instituciones se realizan tareas de cuidado para dar asistencia y apoyo a personas que por su condición de dependencia requieren ayudas importantes en su vida cotidiana.
Ya sea de forma transitoria o definitiva, cuidar no sólo significa ayudar a la dependencia, sino también generar identidades estables y proporcionar las condiciones para el bienestar físico, psíquico y social de la persona. Además, en un término más abarcativo y actual, el cuidado debe contemplar también al bienestar de quien lo ejerce.
El cuidado es a menudo un trabajo invisible y poco valorado, que históricamente fue desarrollado por las familias y en especial por las mujeres. Hoy, los cambios demográficos, el envejecimiento poblacional y la incorporación de las mujeres al mercado laboral en los últimos 30 años, dan como resultado un saldo de más personas para recibir cuidados, apoyo o asistencia y menos personas con disponibilidad para desempeñarlas.
Es fundamental ir hacia una mejor redistribución familiar y social para garantizar la atención de las personas en situación de vulnerabilidad y lograr una organización más equitativa de las tareas incluyendo la dimensión de géneros, reconociendo al cuidado como una necesidad, como un trabajo y como un derecho. La esperanza de vida que avanza es un fenómeno que se espera que continúe, por lo que es necesario tomarlo como un dato para pensar qué servicios de asistencia requieren las personas mayores para que el aumento en la expectativa de vida se traduzca en aumento de la calidad de vida, menciona la Lic. Laura Mune, Coordinadora del Staff PsicoSocial de LeDor VaDor.
En este punto es importante aclarar que, los cuidados no son un problema sólo de las personas mayores, ni todas las personas mayores requieren cuidados.
Si bien existe una estrecha relación entre la edad y la dependencia, aumentando las limitaciones funcionales con la edad, esta no es lineal. La pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual que implica que las personas tengan necesidad de asistencia y/o ayudas importantes en su vida cotidiana, puede aparecer en cualquier momento de la vida y también no aparecer, menciona en la presentación del Sistema de Indicadores de Cuidado de la Ciudad de Buenos Aires. Marco de referencia 26/11/21, la Dra. Valentina Perrotta.
De todos modos, sabemos que existirá una parte de la población que llegará a experimentar algún grado de dependencia y requerirá atención sanitaria, servicios sociales y cuidados.
Es aquí donde las Residencias de larga estadía desempeñan un papel relevante tanto en la atención y el cuidado digno de las personas mayores, como en la profesionalización de los cuidados. Fundamentalmente, porque aportan una visión gerontológica centrada en la persona, en la prevención, acompañamiento, apoyo, contención y asistencia en sus distintas particularidades.
En este sentido, LeDor VaDor además de haberse instalado como centro de referencia en cuidados, despliega a través de su Área Académica un gran recorrido en la formación de profesionales, cuidadores informales y familiares para que puedan llevar a cabo estas tareas con mayores y mejores herramientas. Y en la divulgación de temáticas en torno al envejecimiento saludable para una población en continuo y constante crecimiento.